domingo, 29 de noviembre de 2009

Pie Cavo



Un pie cavo es una condición en la que el pie tiene un arco muy alto. Cuando uno se pone de pie, debido a este arco alto, se deposita una excesiva cantidad de peso en la parte delantera de la planta del pie y en el talón. El pie cavo puede conducir a una diversidad de signos y síntomas, tales como dolor e inestabilidad. Éste puede desarrollarse a cualquier edad y puede ocurrir en uno o ambos pies.

Signos y Síntomas

Aún cuando se está de pie, el arco de un pie cavo aparece alto. Además, puedenestar presentes uno o más de los siguientes signos o síntomas:
Algunas personas con pie cavo pueden experimentar también una caída del pie, una debilidad de los músculos en el pie y tobillo que da como resultado que se arrastre el pie cuando se da un paso. La caída del pie es usualmente un signo de una condición neurológica subyacente.

¿Qué causa el pie cavo?

A menudo un desorden neurológico u otra condición médica neurológica causa un pie cavo—por ejemplo, parálisis cerebral, enfermedad de Charcot-Marie-Tooth, espina bífida, polio, distrofia muscular o apoplejía. En otros casos de pie cavo, un arco alto puede representar una anormalidad estructural hereditaria. Es importante un diagnóstico exacto porque la causa subyacente del pie cavo determina en gran medida su tratamiento futuro. Si el arco alto se debe a un desorden neurológico u otra condición médica, éste probablemente empeorará. Por otro lado, los casos de pie cavo que no resultan de desórdenes neurológicos usualmente no cambian de apariencia.

Diagnóstico

El diagnóstico del pie cavo incluye una revisión de la historia familiar del paciente. El cirujano de pie y tobillo examina el pie buscando un arco alto y posibles callosidades, dedos en martillo y dedos en garra. Se evalúa la resistencia muscular del pie, y se observan el patrón al caminar y la coordinación del paciente. Si parece estar presente una condición neurológica, puede examinarse el miembro completo. El cirujano puede también estudiar el patrón de desgaste en los zapatos del paciente. A veces se ordena tomar placas de rayos-X para una evaluación complementaria de la condición. Además, el cirujano puede derivar al paciente a un neurólogo para una completa evaluación neurológica

El tratamiento no quirúrgico del pie cavo puede incluir una o más de las siguientes opciones:
Cuidado de las callosidades. El cirujano a menudo corta las callosidades y recomienda utilizar pequeñas almohadillas alrededor de ellas para reducir la presión y el dolor. Los pacientes nunca deberán intentar cortar las callosidades por si mismos, ya que esto podría causar más daño que bien, y posiblemente daría como resultado una infección.
Dispositivos ortotésicos. Los dispositivos ortotésicos hechos a medida, que se acomodan en el zapato, pueden ser beneficiosos debido a que ellos proporcionan estabilidad y protegen el pie.
Modificaciones del zapato. Los zapatos con capellada alta dan soporte al tobillo , y los zapatos con tacones un poco más anchos en la parte posterior añaden estabilidad.
Aparato ortopédico. El cirujano puede recomendar un aparato ortopédico para ayudar a mantener estables el pie y el tobillo. Los aparatos ortopédicos también son útiles para tratar la caída del pie

Si un tratamiento no quirúrgico para aliviar el dolor y mejorar la estabilidad falla, puede ser necesaria una cirugía para disminuir el dolor, aumentar la estabilidad y compensar la debilidad en el pie. La cirugía también se considera para los casos que tienen probabilidad de empeorar—aún si no existe en ese momento dolor o inestabilidad. En estas circunstancias, la meta de la cirugía es ayudar a reducir la gravedad de problemas futuros.El cirujano escogerá el mejor procedimiento o combinación de procedimientos basado en el caso particular de cada paciente. En algunos casos, cuando exista un problema neurológico subyacente, es posible que se necesite una nueva cirugía en el futuro debido al progreso del trastorno.

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